El Dios en que creemos

 

A Dios nadie lo ha visto. Cómo lo imaginemos y lo que pensemos de Él tiene el alcance de nuestras experiencias sensoriales. Pero Dios sobrepasa todo cuanto el hombre pueda pensar. Jesús nos ha dado la clave para conocer a Dios: “Quien a mí me ha visto, ha visto al Padre” (Jn 14, 7-14). Y nos entregó también el criterio para distinguir en las demás religiones sus “semillas de Verdad”.

El teólogo católico Antonio Bentué ha reflexionado largamente en torno a las religiones. “La misión final de todas ellas es la salvación, la trascendencia. Pero ésta no depende, en última instancia, de una doctrina (ortodoxia), sino de aquello que se practique (ortopraxis).” Y advierte que Jesús enseña qué nos salva o condena, y cómo debemos usar nuestra libertad. Jesús nos entrega también un criterio que ilumina nuestra mirada a las demás religiones.

¿Cuál es el Dios del cristianismo?

El cristianismo es la única religión en cuyo origen Dios no estuvo fusionado al poder, como el islam, el judaísmo y como todas las religiones paganas. Es la única donde el criterio de valor para la libertad son la misericordia y la justicia.

“Jesús –afirma el profesor Bentué- es la revelación culminante de lo que Dios es. En su mensaje son centrales la misericordia y la coherencia, que significa actuar de modo que estén de acuerdo lo que se practica y lo que hay en el corazón. Podemos aplicar el criterio de misericordia al intentar acercarnos a las demás religiones: ¿cuáles motivan a vivir más misericordiosamente? ¿Cuáles ayudan a un mejor ejercicio de la libertad? En este sentido, podemos afirmar que el cristianismo es la plenitud de todas las religiones.

 ¿Por qué se persiguió al cristianismo?

Inicialmente, el cristianismo fue perseguido por el rabinismo porque para el sacerdocio judío, que es de poder, resultaba escandaloso que el Mesías, el Hijo de Dios, se hubiera revelado como alguien que vino a servir y no a reinar, y que hubiera muerto crucificado. Por este motivo, resulta un enigma explicar la trasformación de los discípulos, todos judíos, de pusilánimes a valientes, luego de la muerte de Jesús. El profesor Bentué explica que el Espíritu Santo les dio ojos para ver que Dios está en Jesús, y que sus enseñanzas y su muerte en la cruz son el criterio de toda libertad.

El cristianismo fue perseguido luego por el imperio romano, hasta que el emperador Teodosio, en el siglo IV, lo convirtió en la religión oficial del imperio. Esto fue un acierto político, sin embargo, representó un peligro enorme para el cristianismo, pues su esencia, que es la misericordia y el distanciamiento del poder, pasó a estar amenazada de sucumbir en medio de formalidades. “Toda religión, cuando usa a Dios en función de intereses políticos, amenaza volverse pura exterioridad”, dice el profesor Bentué. Como reacción, apareció el monaquismo que es la forma más pura de cristianismo.

¿Qué otras religiones enfatizan la práctica de la misericordia y la desconfianza del poder?

Todas. El punto es dónde ponen el acento. Por ejemplo, el islam. Todos los capítulos del Corán comienzan: “En el nombre de Alá, el clemente, el misericordioso…”, y después el desarrollo es completamente contradictorio. Pero ellos no ven la contradicción. Las guerras más crueles de la humanidad han sido guerras religiosas. La libertad religiosa tiene límites: no se puede predicar que hay que exterminar al infiel o al apóstata.

El criterio de misericordia que Jesús vino a enseñar, corre para todos los hombres de buena voluntad, concluye el profesor Bentué.

Diferencias entre los cristianos

Existen tres variantes cristianas: la iglesia católica romana, la iglesia ortodoxa o griega oriental y las iglesias de la reforma o protestantes.

El mundo católico sigue al Papa como cabeza de la iglesia. En este punto difiere de la iglesia ortodoxa y de las protestantes. A los protestantes también se les llama “evangélicos”, porque se apoyan sólo en la Biblia, negando la tradición.

Es esencial explicar que para los protestantes la Eucaristía es un “símbolo” o “recordatorio” de la Pasión de Cristo, en cambio, para los católicos es el verdadero y propio sacrificio de Cristo en la cruz.

Entre las iglesias protestantes, la luterana asume la reforma del alemán Martin Lutero; la calvinista, liderada por el suizo Juan Calvino, postula la doble predestinación que considera al éxito en las empresas como señal de la bendición de Dios.

Diferencias entre el cristianismo y el budismo

El budismo no es una religión, sino un camino espiritual cuyo fin es el desapego que nos libera de los lazos que nos unen a todo lo creado de modo de alcanzar un estado de nirvana (o perfecta indiferencia), donde cesarían las sucesivas reencarnaciones y el hombre podría descansar en paz.

Su fundador fue Buda, un buen hombre que se retiró a la soledad no para buscar a Dios, como lo hace el ermitaño cristiano, sino para buscar la liberación.

Jesús derrotó la muerte y el pecado, y nos espera, junto a su Padre, para estar con Él por toda la eternidad. Para el cristiano, la unión con Dios no se realiza solamente en la vía de la purificación, sino mediante un amor profundo y personal.

Diferencia entre el cristianismo y el islam

El islam es una religión monoteísta cuyo fundamento es el Corán. Quienes la profesan se denominan musulmanes, creen en Alá (Dios) y consideran a Mahoma su profeta.

De acuerdo a su creencia, Jesucristo no es el hijo de Dios, sino un profeta.

A ciertas formas del islam también les resultó escandaloso el cristianismo, pues ponen el valor de su credo en las guerras que ganan.

Para el islam la vida humana y las realidades de este mundo no son nada. De esto ocurre que algunas facciones de musulmanes estén hoy dispuestos a asesinar a los no-musulmanes en nombre de Alá y del Corán.

Sin embargo, los caminos de Dios son inescrutables. Un gran santo católico, Charles de Foucauld, nunca hubiera accedido al cristianismo si no hubiera sentido previamente fascinación por el islam.

Diferencias entre el cristianismo y el judaísmo

Los judíos se niegan a reconocer que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, porque no pueden admitir a un Mesías cuyo reino no sea poderoso en este mundo (el reino de Jesús es espiritual), ni tampoco admiten las correcciones que Jesús hizo de su forma de practicar la religión.

Sectas

Las sectas proliferan por ignorancia doctrinal, porque integran a un grupo, mitigando así la soledad en que viven muchas personas, y porque responden a una profunda necesidad humana: ordenar la propia vida y darle un sentido trascendente. Es propio de las sectas ser insistentes, inculcar un férreo seguimiento a sus líderes y llevar a sus fieles a romper con amistades y familiares.

Los testigos de Jehová

En amplios sectores no se les considera cristianos, pues rechazan lo propio del cristiano y lo específico del catolicismo: la Santísima Trinidad, la divinidad de Cristo, la maternidad divina de María, la sobrevivencia del alma después de la muerte, la existencia del cielo y el infierno, la unicidad del cielo, la legitimidad de las imágenes sagradas. La revista Atalaya es su organismo oficial.

Los miembros de esta secta fundada por el norteamericano Charles Russell, a raíz de su interpretación literal de la Biblia, prefieren morir antes que recibir una transfusión de sangre (Gn 9,4), y sostienen afirmaciones como que al cielo irán sólo 144.000 almas (Ap 7,48), todas de Testigos de Jehová.

Los mormones o iglesia de los santos de los últimos días

Su fundador fue el norteamericano Joseph Smith, quien afirmó conocer un misterioso libro del que desprendió las enseñanzas que luego practicó la secta fundada por él.

Los mormones, a quienes tampoco se les considera cristianos, creen en la existencia de muchos dioses. Rechazan la doctrina de la Trinidad, la devoción mariana, las oraciones a los santos, la reserva de las reliquias, y lo más importante, la doctrina de la presencia real de Cristo en la Eucaristía.

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