Apostol en Familia N°83

 

Portada Nº83

Corrupción: ¿Qué estamos haciendo nosotros? Recientemente hemos presenciado una serie de hechos de corrupción en el país. Hemos sido testigos de casos de políticos que financian sus campañas emitiendo boletas que no tienen un respaldo real, de empresarios que han aceptado esto, de personeros de Gobierno que se aprovechan de sus rangos e información para beneficiarse con ello, de ejecutivos que tratan de evadir impuestos, etc.

 

[visitante2]Descargar PDF N° 83[/visitante2]

 

 

 

Producto de lo anterior hemos concluido que los políticos gastan una enormidad en sus campañas, que los empresarios y ejecutivos tienen malas prácticas y que el Gobierno no nos da confianza al ser poco transparente. Todo esto por cierto es imperdonable, pero, ¿nos hemos mirado nosotros mismos? ¿Nos hemos detenido un minuto a reflexionar en qué podemos contribuir a que esta situación mejore? Tan solo observemos cómo actuamos los chilenos. ¿Quién no tiene o ha tenido en sus computadores algún software pirateado? ¿Quién no ha comprado o bajado una película pirateada? ¿Quién no ha manejado a más de 120 kms por hora en una autopista? ¿Quién no ha comprado algo y le ha pedido al vendedor que no le entregue boleta para que salga más barato? ¿Quién no ha tratado de adelantarse y pasar por el lado de una cola? ¿Quién no ha comprado en algún mercado persa un producto robado? ¿Quién no ha fotocopiado un libro para no comprar la versión original que es más cara? El que diga que no, que tire la primera piedra.

 

Por lo tanto, el problema de fondo está en que la cultura chilena está empañada por un estilo poco ético y si no la cambiamos seguiremos con otras sorpresas en el futuro. El hacer todo lo mencionado anteriormente no nos llama la atención, pero curiosamente sí reprochamos otras actitudes inmorales de políticos y empresarios. Nosotros como católicos tenemos el deber de dar el ejemplo en estas materias. No podemos mantenernos al margen. Por el contrario, no sólo debemos reprochar las actitudes que no corresponden a lo que Jesús habría hecho, sino que debemos actuar como Él. El tener un software o película pirateada, el fotocopiar un libro, el copiar en una prueba, etc. es simplemente un robo. Digámoslo por su nombre y eliminemos de raíz esas u otras prácticas similares en nuestra familia. Partamos ahora ya en nuestros hogares, e inculquémosle a nuestros hijos lo que se debe y no se debe hacer y no pasemos por alto aquellas acciones que simplemente no son éticas. De esta forma estaremos contribuyendo, como simples ciudadanos católicos a que nuestro país tenga una cultura basada en valores propios del cristianismo.

 

ANITA WALKER

ANTONIO KOVACEVIC